La creciente omnipresencia de la inteligencia artificial y las tecnologías digitales exige una nueva formación ciudadana basada en fundamentos éticos sólidos, estos dilemas éticos planteados por el avance tecnológico demandan un nuevo paradigma educativo que prepare a los ciudadanos para gobernar el desarrollo digital.Tuvo como objetivo examinar la integración de la educación ética en la formación ciudadana para enfrentar los desafíos emergentes de la transformación tecnológica y la inteligencia artificial. La metodología combinó un análisis comparativo de marcos normativos internacionales sobre ética digital con estudios de caso de programas educativos implementados en sistemas escolares de Europa y América Latina. Los resultados principales revelaron que los programas que incorporan deliberación ética sobre dilemas tecnológicos aumentan en un 35% la capacidad crítica de los estudiantes frente a sesgos algorítmicos y privacidad digital. Se identificó que la formación en principios éticos fundamentales—como autonomía, justicia y no maleficencia—constituye el componente más efectivo para la toma de decisiones responsables en entornos digitales. La investigación demostró que los sistemas educativos que han institucionalizado la ética tecnológica como eje transversal muestran mayor resiliencia frente a desinformación y desarrollan competencias ciudadanas para participar en la gobernanza de la inteligencia artificial. En conclusión, la incorporación curricular de la ética digital resulta indispensable para formar ciudadanía capaz de navegar la cuarta revolución industrial mientras preserva valores democráticos. Esta formación debe trascender el enfoque instrumental para promover una reflexión profunda sobre el impacto social de la tecnología,garantizando que el progreso tecnológico sirva al bienestar humano colectivo.